Líderes
Gerónimo
Gerónimo
Goyathlay (El Que Dormita)
(1.829 -31 o 34- - 1.909)
Apache Chiricahua
Líder espiritual y guerrero, para los apaches, Gerónimo simboliza la verdadera esencia de los valores de su pueblo: valentía en los momentos más difíciles, las mismas cualidades que asustaban a los colonos de Arizona y Nuevo Méjico. Los Chiricahuas eran en su mayoría nómadas en función de las temporadas de caza y la recolección de frutos salvajes. Cuando escaseaba el sustento, no dudaban en asaltar poblados o campamentos vecinos. Las incursiones y la venganza eran un modo de vida asumido entre las tribus de esta región.
Antes de que los colonos norteamericanos comenzaran a llegar a la zona, los españoles primero -y los mejicanos después- había fundado misiones y fuertes con la doble intención de defenderse de los ataques y cristianizar a los nativos que, en gran número, eran utilizados como mano de obra barata o esclava. Fueron, de hecho, mejicanos los autores de la muerte de la esposa y el hijo de Gerónimo, verdadera causa del odio que el líder chiricahua sentía por los blancos en general.
En 1.876 el ejército recibió la orden de recluir a los Chiricahua en la reserva de San Carlos. Gerónimo consiguió evadirese y refugiarse en Méjico, cruzando la frontera una y ora vez, eludiendo siempre el acoso de las tropas de los Estados Unidos y de las mejicanas, apoyándose en su estratega Nana. Durante casi una década, la prensa sensacionalista sacó provecho de la exageración de las actividades del apache, crendo en torno a él una leyenda negra de asesino y traidor.
Más de cinco mil soldados y quinientos exploradores nativos (en su mayoría también apaches) fueron necesarios para neutralizar el peligro de contagio de su actitud rebelde. Diezmados sus seguidores por el hambre y el agotamiento, Gerónimo tuvo que rendirse el 9 de septiembre de 1.886 y aceptó su traslado a St. Auguste, Florida, no sin antes arrancar la promesa de los mandos del ejército de devolverle a su tierra de Arizona pasado un tiempo.
La promesa nunca fue cumplida. Muchos de los que con él iniciaron el exilio (entre ellos muchosa de los exploradores que colaboraron con el ejército en su persecución) fueron muriendo víctimas de la malaria o la tuberculosis. Gerónimo murió en 1.909 en una reserva de Oklahoma, en la que fue definitivamente confinado.
Pero en la memoria de su pueblo permanecerá para siempre la figura de un hombre capaz de mantener su lucha de guerrillas durante casi cuarenta años y que, en determinado momento, acompañado solamente por venticuatro guerreros, fue capaz de mantener en jaque a más de cinco mil soldados del ejército norteamericano, incapaces de derrotarle si no hubieran contado con la colaboración de otros apaches, quienes -por cierto- también fueron deportados junto a Gerónimo.
"Vivía feliz con mi familia. Disponía de comida abundante, mis noches eran tranquilas, cuidaba de todos y estaba plenamente satisfecho (...). Los blancos me conocían bien y, no obstante, dijeron que yo era un hombre malo, el peor de los que por allí pudiera encontrarse.
Con frecuencia aparecen historias en los periódicos en las que se pide al final mi ejecución... Somos muy pocos los que quedamos".
Goyathla
1.886 - Gerónimo junto a Naiche (Hijo de Cochise)