En lengua Choctaw, Atapaka significa "devorador de hombres" y una de sus creencias ancestrales era que cualquier parte del cuerpo perdida en vida era también perdida en la vida después de la muerte. Por ello, si una persona muerte era comida por una animal o un enemigo no podría reencarnarse. Quizás este mito explique las razones que evidencian la práctica de canibalismo ritual de los Atakapa, asentados en el Golfo de Méjico, posiblemente, desde hace más de dos mil años. Según sus propia leyendas la primera pareja humana llegó del mar dentro de una ostra que se abrió en al llegar a la playa.
El primer contacto con europeos data de 1.528. Fuero ellos quienes ayudaron a permanecer con vida a los supervivientes de la expedición de Álvaro Núñez de Vaca. Su rastro se pierde hasta 1.703, cuando exploradores y colonos franceses empiezan a competir con el Imperio Español por el control del territorio. En 1.719 François Simars de Bellisle los describe como un pueblo "de baja estatura, complexión robusta y tez oscura". En adelante, el comercio entre franceses y atakapas se hace frecuente y desde 1.731 se convierten en frecuentes aliados en la lucha de los colonos contra los natchez. Los misioneros españoles no tuvieron demasiado éxito en su intención de cristianizarlos. Tanto es así que la misión de San Ildefonso, fundada en 1 .725, acabó siendo abandonada veinte años después, aunque se conoce que en 1.779 ciento ochenta guerreros atakapanos se enrolaron en las expediciones de castigo españolas contra los fuerte ingleses del Mississippi.
Su modo de vida seminomada, propio de pueblos que basan su sustento en la caza, pesca y recolección, ofrece dos puntos de especial interés. El primero, la importancia del caimán en su cultura. De él obtenían la carne, la piel para adornos en su vestimenta y la grasa del animal como repelente contra los insectos. Era frecuente que en sus vestimentas la presencia de pieles de búfalo, quizás más debido a comercio con comunidades de las llanuras centrales que de la caza directa por guerreros atakapanos. De costumbres monógamas, era habitual que el padre cambiara su nombre al nacer su primer hijo.
De su constante declive numérico hay que culpar más a las enfermedades transmitidas por los colonos europeos (viruela, sarampión…) que a enfrentamientos con los occidentales y sus descendientes. A principios del siglo XVII, su población ascendía aproximadamente a los mil indígenas. En 1.908 sólo había ocho supervivientes. Su lengua propia no parecía estar relacionada con ninguna de su entorno, pero desde siempre despertó gran interés. Ya en 1.721 comenzó a ser recopilada por los europeos, en 1.885 el instituto Smithsonian publicaba una gramática de su lengua y en 1.932 un diccionario.
Dentro de los atakapas hubo dos clanes en función de su asentamiento geográfico habitual, la costa y los pantanos del suroeste de Louisiana o el costa este de Tejas:
Akokisas
Deadoses
Territorio Golfo de Méjico (Costa de Louisiana y Tejas):
Lengua propia
Recolectores, pesca y caza (caimán)
Territorio Atakapa
Poblado atapascano
Naciones